Ocurrió en el año 2003, cuando el conjunto catalán se encontraba inmerso en una importante crisis económica. En aquel momento partieron Fábregas y Piqué.
Hoy en día, Lionel Messi es el futbolista más destacado del planeta. Además, hace rato se ha convertido en uno de los jugadores más importantes de la historia del Barcelona. Por eso, suena un tanto descabellado pensar que, en un pasado, estuvo a punto de quedar libre.
¿Cómo? Así es. En el año 2003, la institución catalana se encontraba en medio de una complicada crisis económica, ya que arrastraba dos temporadas desastrosas desde los billetes y desde lo deportivo. Gaspart convocó a elecciones y tomaron el poder Joan Laporta y Sandro Rosell.
Ellos dos se encontraron con un club en bancarrota y tuvieron que recortar gastos en todos los aspectos. Uno de ellos fue la cantera: por eso es que Cesc Fábregas y Gerard Piqué, dos jóvenes promesas, debieron marcharse a Inglaterra porque el club no podía mejorarles el contrato. Y, además, un tercero en discordia casi se marcha también.
Hablamos de Lionel Messi, quien fue considerado prescindible por Sandro Rosell. El argentino, en ese momento, vivía en Barcelona con su padre, que mantenía un permiso de residencia gracias a una beca del club que le fue retirada ese mismo año. Por eso, la familia del crack decidió retornar a Argentina, pero apareció una milagrosa solución.
Si bien la noticia no llegó a los medios de comunicación, todos en Barcelona sabían que se lamentarían tarde o temprano. Entonces, llegó el aporte de Antoni Vilalta, empresario amigo de Guillermo Hoyos, entrenador del Juvenil B. El hombre contrató a Jorge Messi para su empresa a cambio de un porcentaje si el jugador llegaba al primer equipo.
Está de más recordar que Lionel Messi no se fue, sino que se quedó en Barcelona y triunfó. Sin embargo, ese contrato nunca se pagó y el caso ahora se encuentra en los tribunales.